Siendo una persona que hace terapia hace muchos años, y no siendo un asesino serial, me interesó mucho esta premisa, esta historia del paciente que secuestra al terapeuta para que lo “cure” de su necesidad de matar gente. Sumado que Steve Carell es parte del elenco, me parecía que no podía fallar.
El primer episodio es bastante atrapante, ver como comienzan a suceder los hechos que van a llevar adelante esta miniserie de 8 capítulos que van aumentando en minutos a lo largo que se acerca el final. Hay algunos momentos de la serie que baja un poco el ritmo y escenas que no terminan de tener sentido, de las cuales hablaré en la zona de spoiler.
Las actuaciones
están perfectas. Steve vuelve a demostrar que no sólo puede actuar en comedia,
sino que también puede mantener la tensión y el drama en una serie de suspenso
como esta. Es la primera vez que veo actuar a Domhnall Gleeson, y la verdad que
hace una gran labor como este psicópata asesino serial que al menos busca la
forma de dejar de serlo.
Es interesante
ver el desarrollo de los personajes, entran en profundidad en al menos estos
dos protagonistas. Contándonos parte de la vida del psiquiatra con flashbacks y
en esas escenas que charla consigo mismo. De a poco vamos entendiendo el
vínculo que tiene con sus hijos, cómo le sigue afectando la muerte de su
esposa, entender que nadie en este mundo está exento del duelo, por más que
hayas escrito un libro de psicología. También vamos conociendo a cuenta gotas a
el asesino. Buscando un porqué a lo que hace. Queriendo dejar de hacerlo y
viendo cómo su infancia y sus padres son parte clave de esto, pero no
directamente culpables.
Quizás
le faltó un poco de profundidad en el psicoanálisis, queda todo como muy
superficial. Alan utiliza métodos para que Sam deje de matar, pero parecieran
ejercicios para un niño y no para un adulto que anda matando gente porque le
enoja que le digan que no o lo ninguneen.
El mejor
mensaje que deja esta serie es que hay que hacer terapia. A todos nos sirve, es
necesaria y no “estás loco” por ir a ver a una psicóloga. Yo hace 5 años que
estoy con la misma (nunca la secuestre y no está en mis planes hacerlo, quédate
tranquila Joha), pero antes pasé por varias y si bien puede desanimar un poco
el cambiar de terapeuta, es necesario para encontrar la terapia que a uno le
puede servir y con quién se siente cómodo.
Mi recomendación: Buena
serie para meterse un poco en la mente de un asesino y con una curiosa premisa.
Mi puntuación: 7/10
Donde Verla: Star +
Tiempo invertido: 1 temporada,
8 episodios. 25-36 minutos
Zona de spoiler:
Siento
que la serie abusa un poco de las metáforas. Todos los sueños que tiene Alan
con respecto a los campos de concentración judíos y la cámara de gas no
terminan de ser claros en sus significados, parecen estar de más. Probablemente
el guionista tendrá sus motivos por el cuál puso esas escenas, pero de verdad
que me parecen demasiado rebuscadas y minutos de escenas que no iban a ningún
lado.
Al igual
que el final. La carta que él le escribe a sus hijos es bastante emotiva, y
creo que la serie tendría que haber terminado con esa escena. Que Ezra, el
hijo, empiece terapia es como buscarle un final “feliz” y que, además, termine
cortando en negro cuando éste empieza a decir algo…no me pareció la mejor forma
de terminar la serie.
Un personaje
que está muy al pedo en toda la serie es la hija. Si no hubiese estado, no
pasaba nada. Porque no aportaba nada, la nombran 3 veces en toda la serie y
aparece 2. Nada más.
Me gustó
mucho que en los momentos dónde Alan piensa y busca formas de salir de ese
lugar sean escenas dónde él habla con su terapeuta que está muerto. Claramente todo
lo que pasaba en esas escenas eran pensamientos de él, pero la disociación
parecía servirle en la búsqueda de soluciones o respuestas.
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