Estoy dando un paseo por Latinoamérica, viendo pelis de este hermoso continente donde nací y aún vivo. Ahora fue el turno de visitar Chile con esta película de suspenso, con algunos toques de trama y de terror. Escrita y dirigida por Nicolás Postiglione, es un film que no está mal, pero tiene un ritmo lento y una banda sonora que no ayuda.
Quiero arrancar por lo malo. Siempre digo que, para mí, la banda sonora debe acompañar, no tiene que subrayar momentos o acentuarlos. En el caso de esta película chilena la banda sonora distrae muchísimo. Están todo el tiempo los violines marcando, subrayando los momentos tensos. En mi opinión, hay demasiado ruido a lo largo de los 88 minutos de duración. Constantemente me encontraba pensando en lo molesto que eran esos intentos de meter más tensión de la que ya había.