La serie
dice ser una comedia, pero solo te hace reír una vez por capítulo. Y no es que
estallas de la risa, sino que simplemente tiras un “ja” y seguís con tu vida. Quizás
te hace sonreír un poco más, pero no parece una comedia. Le falta mucho para poder
ser divertida y estar a la altura de otras grandes series cómicas.
La premisa
también parecía interesante. No lo es. Situada hoy en día, el último
Blockbuster tratando de sobrevivir. Una parte de mí siente que la gente de
Netflix aceptó hacerla por venganza. Cuando fue creada Netflix, le quisieron
vender la idea a Blockbuster o creo que quisieron que sean partners, pero estos
últimos se rieron de la idea y…bueno ya sabemos cómo sigue la historia.
Las actuaciones
dejan mucho que desear. Desde mi queridísima Melissa, pasando por Randall Park,
hasta J.B.
Smoove, quién hace un buen papel en la serie Curb
your enthusiasm, pero acá se queda demasiado corto y poco divertido. Los personajes secundarios tampoco suman, no hay buenas
actuaciones.
No pasa
mucho en la historia, no es algo interesante. El guion no es un motivo por el
cual uno puede elegir verla, simplemente es malo. Hay consistencia, pero no hay
una buena forma de decirlo, de contarnos.
Es una
serie que quiere ser divertida y se queda en la salida. No logra atrapar en
ningún momento. Parece que los creadores quisieron apuntar a la nostalgia de el
cinéfilo de antaño que le gustaba ir a elegir una película en el videoclub,
pero…si sucedía en un Burger King era lo mismo.
Mi
recomendación: Una serie de una temporada que no vale la
pena ver.
Mi
puntuación: 3/10
Donde
Verla: Netflix
Tiempo
invertido: 1 temporada, 10 episodios. 23-28 minutos.
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