Una
semana me tomó decidir escribir esta crítica. Lo dudé muchísimo, un documental
muy fuerte en el cual me pasaron muchas emociones por el cuerpo, por el
corazón.
Narra
lo que vivieron dos niños que fueron abusados por Michael Jackson durante años.
Wade Robson y James Safechuck. No sólo ellos narran lo sucedido sino también su
familia, desde afuera.
El
documental es muy contundente. Muy brutal. Me es imposible no volcar todo lo
que sentí mientras lo veía. Mucha tristeza, mucho dolor, mucho asco por esa
persona que abusaba sin ningún tipo de culpa de niños pequeños. Asco daba ver
la manipulación que sufrían esos pequeños por parte de su ídolo. Quién abusaba
de ese lugar, de ese poder que tenía y hacía lo que quería, tanto con los
niños, como con las familias de estos.