Realmente no sé por dónde empezar esta crítica, tampoco sé para dónde va a ir, es que Atlanta es una serie extraña, rompe con la estructura narrativa que estamos acostumbrados. Es una serie que tiene un supuesto hilo conductor, pero de verdad que no les puedo decir bien de qué va. Lo que les puedo asegurar que no es una sitcom, no es una comedia de esas que estamos acostumbrados. Al parecer dramedia es un nuevo género y Atlanta es la reina de este.
Es una serie tan extraña como lo es la música de Childish Gambino, el pseudónimo rapero de Donald Glover, quién es el creador de esta rara, pero entretenida y llevadera serie. Supuestamente se trata de Earn y su primo Al “Paper boi”, un rapero nuevo en Atlanta y que quiere alcanzar la fama. Pero la serie se va por muchos otros lados más.
Es
una crítica social a muchísimas cosas. Al racismo, lo que viven los
afroamericanos en Estados Unidos, y muy probablemente en varios lugares más de
nuestro xenófobo mundo. Habla de salud mental, habla de ser padres separados, de
los vínculos, de la infancia, de traumas de la infancia. También tiene algunos
capítulos que tocan el “lado” de los blancos. De verdad que es una serie súper
extraña.
La
había empezado a ver hace unos meses atrás y la dejé porque no me terminó de
cerrar en los primeros capítulos, pero luego recordé lo que siempre digo sobre
“The Office”,
hay que darle una oportunidad más allá de sus primeros 4 o 5 capítulos. Lo que
logró esta serie es dejarme confundido constantemente. Poner un capítulo era no
saber con qué me voy a encontrar. Por momentos parece no haber continuidad en
la serie. Por momentos busca que lloremos, por otros que riamos. Tiene un humor
sutil e inteligente y por momentos tiene un humor básico.
Yo
la empecé a ver por Donald Glover, a quién conocí y amé en “Community” es
increíble la cabeza de este muchacho, las cosas que se le ocurre y las cosas
que probablemente vivió y se basó en experiencias de gente cercana a él.
Actoralmente es un groso, se nota mucho cuando hace otros personajes (hace 2
más, pero van a tener que adivinar). Además, tiene un gran elenco que lo
acompaña. Brian Tyree Henry en su papel de Al, lo hace muy bien, sus caras, sus
expresiones, genial. La grandiosa Zazie Beetz también hace un buen papel, ella
es Van, la mamá de la hija de Earn y su novia por momentos, un vínculo bastante
confuso y real. Por último, quiero destacar a LaKeith Stanfield en su papel de
Darius. Este personaje me caía mal al principio, pero se fue ganando mi corazón
de a poquito, y lo que sucede en el último capítulo de la serie me parece
genial.
Visualmente
es perfecta la serie, tiene excelente fotografía, está muy bien filmada, muy
cuidada, nada se le escapa. La tercera temporada tiene un par de episodios
profundos y extraños (más). La cuarta tiene un capítulo clave con el terapeuta,
pero logra darle una vuelta excelente. El bueno de Donald Glover es un ser que
me transmite mucha paz, mucha tranquilidad y me dan ganas de verlo en pantalla
siempre. Esta serie podemos conocer algunos lugares recónditos de esa cabeza.
Ni
hablar de la banda sonora, mucho rap, muchas buenas canciones. No suelo
escuchar música cuando escribo, me distraigo fácil si es algo que conozco y me
gusta mucho. Pero mientras escribía esta crítica puse de fondo Childish
Gambino, me pareció que me iba a ayudar a meterme un poco en la mente de
Glover, es una música tan extraña como la serie. Una vez sonó de fondo mientras
intimaba con una pareja y fue espectacular lo que provocó, sobretodo la canción
“Zombies”.
Mi recomendación: Una
serie poco estructurada, para dejarse llevar, ir con la corriente, si tenes
maría dando vuelta, prende uno y dale play a la serie, va más con el viaje.
Mi puntuación: 8/10
Donde Verla: Netflix/Star+
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