La parte más confusa para mí es que por momentos no parecía un documental, pero en realidad era obvio que era un documental. Con esto quiero decir que nos muestra a Hernán fuera de la cárcel, antes de que entre y luego adentro. ¿Por qué me parece confuso? Pues porque la película no fue filmada durante estos hechos, sino que nos los están relatando. Entonces no terminaba de entender bien que era lo que pasaba.
Siento
que hay mucha información que está desperdiciada en este documental, podrían
haber hablado más sobre lo descartable que son las personas que hacen de mula
para los narcos más grandes. Hacernos ver que las personas son muy descartables
cuando lo que les importa es solo la guita. Nos muestran el sueño de Hernán de
querer tener una banda rock, su motivación para ser mula, pero no lo exploran
tanto.
La
seguimos a Daisy queriendo seguir sus estudios, y a la vez buscando la forma de
sacar a su hermano de la cárcel, arriesgando su propia vida y libertad en
ocasiones. La familia no tiene plata, pero le mandan para que se compre una
celda en la cárcel, hay poca coherencia en la historia a mi entender. Lo que sí
es cierto y da mucha tristeza ver esa cárcel donde están más de 600 presos
hacinados, con su familia incluso ahí, algunos deben dormir en el piso porque
no hay celdas suficientes.
La
verdad que no es un documental que aporte algo nuevo, algo distinto, algo que
uno pueda decir “qué bueno saber esto”, más que nada por el nombre y la
sinopsis, uno se imagina conocer un poco del mundo de la coca, de donde sale,
quiénes la hacen, pero no. Seguimos a estos dos hermanos, puedo sonar forro,
pero es una historia poco interesante y que no suma. Lo que si me gustó fue la
metáfora de las hormigas cargando las hojas de coca.
Mi
recomendación: Flojo film boliviano sobre un
tema interesante, pero mal tocado.
Mi
puntuación: 3/10
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