El mundo del slasher es muy particular. Desde aquella primera Halloween de 1978, pasando por Scream y todos sus derivados, Chucky también, Freddy, don Bates, y tantos otros más que este mundillo nos ha dado, si uno se dispone a ver este tipo de películas ya sabe con lo que se va a encontrar. No hay que pretender veracidad o personajes inteligentes, sólo hay que dejarse llevar por los cuchillos, las muertes y la sangre. Esta película sueca está bastante bien dentro de este mundo.
Una de las características de este tipo de películas es que los personajes tienden a ser medios tontos. Se meten en situaciones que claramente no deberían, les suceden cosas que normalmente no sucederían, y un montón de otras cosas por el estilo. Este film capta eso a la perfección, más de una vez me encontré gritando a la pantalla cosas como: “No vayas ahí”; “¿Por qué hace eso?”, y a causa de eso había pensado que no estaba tan buena la película, luego me acordé del detalle de los personajes tontos y me calmé.
También
tiene una variedad interesante de personajes, hay de todo un poco. Es
predecible en varios momentos, me equivoqué en adivinar algunos de los que iban
a morir, pero te das cuenta quien es el asesino un poco antes de la mitad del
film. Toca bien el tema de la corrupción, la política que pasa por arriba a la
gente de campo con tal de construir un centro comercial que supuestamente va a
generar más ingresos a la comunidad cercana. Los empleados municipales son las
víctimas ideales para este asesino en busca de venganza.
Es
una película que cumple con todo lo necesario para ser un slasher. Está bien
realizada, las muertes son tan sangrientas como se puede. Tiene varios momentos
divertidos, te sacan una que otra risita. Tanta variedad de personajes ayuda a
esta situación. Me gustaron mucho algunas transiciones entre escena y escena,
no son novedosas, pero si efectivas. Tiene una buena imagen y fotografía, los
planos están bien realizados. Actoralmente no se destaca ninguno, todos están
acorde al nivel de este entretenido slasher.
Es
una de esas películas para ver un sábado a la noche, cuando no queres pensar
mucho, queres disfrutar de un poco de acción sangrienta con toques de comedia,
en un lago remoto en el país escandinavo. Me dieron ganas de viajar a Suecia,
no para cruzarme con un asesino, pero para conocer ese bello país. Debería
aprender ese idioma.
Mi
recomendación: Interesante slasher sueco,
tiene todos los condimentos necesarios para hacerte pasar un buen rato.
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