Es cierto que cuando terminó la película me quedé con un sin sabor, es cómo que necesitaba ver más. Una vez que entendí bien que es el origen real del caballero oscuro se me pasó un poco. Es que esta película nos cuenta los comienzos de Batman, pero no el típico. Si nos muestra la escena de los padres, pero lo toma desde otro lado, un lado más profundo. Vemos realmente que le pasa a Bruce por su cabeza, que es lo que lo motiva a convertirse en este vigilante nocturno.
De
todas maneras, no vemos sólo el inicio de Batman, también vemos el inicio de
James Gordon en la oscura Gotham. Un policía incorruptible (aunque en un
momento la pifia feo), que viene a esta ciudad sin ganas, pero sin que le quede
otra opción. Vemos cómo este Gordon lucha contra todo tipo de corrupción, un
policía honesto, de esos que de los que parece haber poco.
Es
interesante como la película logra contarnos estas dos historias en paralelo,
cruzándose de a poco, para luego llegar a ese vínculo que ya conocemos entre
estos personajes vitales para la historia de Gotham. Repito, me quede con ganas
de más, de conocer que más sucedía. La clave está en darse cuenta que la
película cuenta lo justo y necesario, te deja algunas puntas para que quieras
seguir sabiendo sobre estos dos, pero no te saca ninguna secuela que sea
directamente continuación de esta, lo cual me parece valorable.
La
animación es simple, común para su época (salió en 2011), no es algo que se
destaque, pero está bien para este comienzo de estos dos personajes. Las voces
me gustaron bastante, me sonó raro escuchar a un Batman medio joven y simpático
por parte de Ben McKenzie quién curiosamente años después interpretaría a James
Gordon en la buena serie “Gotham”. Quién me pareció impecable fue Bryan
Cranston en el papel de Gordon, bastante bien y acorde a lo que le iba
sucediendo a este personaje.
Mi
recomendación: Interesante película del
origen de nuestros queridos Bruce y James.
Mi
puntuación: 6/10
No hay comentarios.:
Publicar un comentario