Vi por primera vez esta película allá por 2012, estaba en la facu y nos habían hecho hacer un trabajo con este film. En esa época estaba bastante negado al cine nacional ya que había visto pocas películas buenas. Esta para mí fue una sorpresa. Diez años después la vuelvo a ver, y me pareció oportuno hacer una crítica de este buen film argento.
Una comedia, una parodia a muchos sectores de nuestro país y a situaciones que son “normales”. Una crítica también a esa corrupción, al concepto de infidelidad y un acercamiento (quizás no el mejor) al porque los hombres deben hablar, decir lo que les pasa, no tener tanto estigma para con la salud mental y emocional.
Además
de hacernos reír, tiene sus tintes de acción, drama y suspenso. Con buenas
actuaciones en el 99% de los que son parte del film. No suelo “destacar” cuando
alguien actúa muy mal, pero la actriz que hace de la mujer del personaje de
Diego Peretti es muy mala. Ya sabemos en Argentina que Peretti siempre actúa
bien, nunca desentona y es garantía. También lo es el gran Luis Luque. El resto
del elenco está bastante bien.
Como
dije antes es un film que toca temas bastante actuales (incluso cuando salió en
2005), no es nada nuevo hablar de corrupción en Argentina, este film lo hace
muy bien demostrando algo que es cierto (aunque no parezca) que hay algunos
policías que no son corruptos. Es un típico film de pareja dispareja. Un
policía y un psicólogo juntos, algo que seguramente se hizo más de una vez en
USA, pero esta tiene el toque nacional que también se burla de aquellas
películas donde este tipo de combinación de personajes termina “bien” y deja
una moraleja.
Damián
Szifrón es otra garantía en el cine nacional. Como director y guionista de este
film nos lleva por escenas desopilantes y con un humor bastante inteligente y
no nos hace quedar como tontos, nos cuenta una buena historia sutil,
interesante y llevadera.
Mi
recomendación: Buen film nacional que vale
la pena ver para reírse un rato.
Mi
puntuación: 8/10
Zona
de spoiler:
Es muy divertido como “se da vuelta” la torta y de repente el policía parece ser el psicólogo y el psicólogo se pone en el papel de detective. Es una genialidad tanto del director como de los actores que logran llevarnos por esos dos personajes, mezclándose, fusionándose y tal vez puede ser una moraleja de cómo todos podemos ser un poco esto y un poco aquello. Son las situaciones las que nos hacen cambiar, una vez que entendamos que somos seres cambiantes, y abracemos esta realidad que nos toca, vamos a poder ser quienes vinimos a ser.
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