Es la historia de Luana, la primera nena de 6 años transgénero del mundo, una historia escrita en un libro por su mamá Mónica Gabriela Mansilla y llevada a la pantalla grande por parte de Federico Palazzo y José Paquez. Una historia que tiene de todo, momentos divertidos, momentos tristes, momentos de aceptación, momentos que te dan bronca, momentos tristes (ya sé que lo puse dos veces, es que me hizo llorar mucho), momentos de felicidad.
Creo
que es una historia que está muy bien contada, cuando nos tienen que educar y
contarnos o explicarnos que es una cosa u otra lo hacen a la perfección, a mí
me ayudo a entender la diferencia entre transgénero y transexual, quizás para
algunos es obvia, pero yo la desconocía. No se pone en un lugar de ser una
bajada de línea cómo leí por ahí, trata al espectador como alguien que no sabe,
porque es lo que le pasó a la madre de Luana, y eso me parece genial, no supone
que el espectador sabe todo en cuanto a la identidad sexual.
Si
bien la película me pareció que es un poco larga, se encarga de mostrarnos las
distintas etapas de la vida de Luana, y de la familia de ella. El no entender
por qué se comportaba así, ir a una psicóloga (mucha bronca y enojo me genero
la primera psicóloga que vio la familia, muy triste que exista gente así), toda
una primera media hora que nos cuentan quienes son, luego vamos viendo ese
desarrollo, esa aceptación por parte de la familia (no toda), la lucha por la
identidad de la pequeña Luana, todo muy bien contado. Aunque me parece que el
director abusa un poco de la cámara lenta, cinematográficamente hablando podría
haber utilizado menos ese recurso, la primera vez está bien, las otras 5 me
parecieron un abuso del recurso.
Ahora
me voy a poner un poco más introspectivo. Cuando terminé de ver la película me
pregunté qué era lo que me generaba tanto llanto, tanto nudo en la garganta si
yo no creo tener un problema de identificación sexual. Pensando en los momentos
que más me hacían llorar eran los momentos de aceptación por parte de otro, ya
sea la mamá de Luana, la abuela, las tías…creo que uno de mi “crisis” de
identidad viene por el lado de no haberme sentido apoyado en lo que quería, en
lo que apostaba a hacer en la vida. Es cierto que no soy el único, a cuántos de
nosotros nos dijeron de niños que no hagamos tal cosa porque está mal y quizás
solo estábamos buscando formas para expresarnos, para soltar nuestro verdadero
yo. Es clave una frase que le dice la psicóloga de la CHA (Comunidad Homosexual
Argentina) a la madre: “Déjala ser”, a partir de ahí todo mejoró. Es una frase
que todos los padres podrían poner en práctica, sé que no es fácil, pero si
necesario.
Actoralmente
está bastante bien. Tener una dupla como Eleonora Wexler y Juan Palomino cómo
los padres me parecieron una gran elección de casting. Eleonora es una gran actriz
nacional, parece que todo lo que toca lo hace bien. A Juan lo venía viendo en
películas más cómicas o de acción, verlo hacer drama nuevamente me pareció
genial, un gran actor. La pequeña Isabella G.C como Luana también está muy
bien, hace un gran papel. El resto del elenco está bastante bien, acompañan a
la perfección.
Siento
que es una película muy necesaria, mucha gente se opuso de manera horrible ante
esta elección de la pequeña Luana, quien el año pasado festejo sus 15, por
supuesto que la iglesia fue la primera en poner el grito en el cielo, pues
creen saber todo y ser lo mejor para este mundo. Soy una persona anti religión
y la iglesia me parece nefasta, quisiera que más gente vea esta película, es
importante para muchos niños o niñas y para madres y padres que quizás están
pasando una situación similar.
Mi
recomendación: Buena, interesante y
necesaria película. Para llorar y entender algunas cosillas del mundo trans.
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