Este documental no estaba entre mis películas a ver, pero luego de haber visto el film sobre la tragedia de LAPA, me dieron ganas de ver más sobre este tipo de temas. Accidentes de aviones reales, que hayan sido relevantes y que, como en este caso, haya causado mucho ruido en la gente, al punto de tener que hacer un documental y contar la historia detrás de esos dos aviones que se cayeron. Por supuesto que aparece el abuso de poder, la gente de plata que hace lo que quiere y uno o dos valientes que se atreven a decir la verdad.
Mientras veía este documental me venían recuerdos de la serie que critiqué hace poco “Dopsesick” en la que una empresa fue responsable (directa o indirectamente) de muchas muertes. En este caso la empresa Boeing es la única responsable de esos dos aviones que se cayeron en menos de 6 meses, matando a más de 300 personas. En este documental seguimos a los que se encargaron de exponer a estas empresas como debe ser y algunos de los familiares muertos.
Es interesante
seguir a los abogados y al periodista mientras van descubriendo que es lo que
pasó con esos dos aviones que se cayeron. La empresa, por supuesto, culpaba a
los pilotos, decían que fue un error humano. Siempre es más fácil culpar a
alguien que está muerto y no hacerse cargo. Gracias a la investigación de
Dominic Gates (quién ganó un Pulitzer por su investigación) vamos viendo lo que
realmente sucedió. Vemos cómo tanto Boeing como la FAA (administración federal
de aviación) son culpables de lo que sucedió con esos dos accidentes.
Es muy
valioso lo que hace este periodista, enfrentar a estas corporaciones, meterse
en un lugar de alto nivel político, con el sólo objetivo de descubrir la
verdad, de querer que haya justicia para las familias de esas personas que en
sus últimos segundos de vida sabían que estaban cayendo al vacío, prontos a
dejar este mundo. Además de valioso es riesgoso, pues tanta gente con plata con
las manos sucias, no van a querer ir presos o estar en el ojo del huracán, la
valentía de este periodista es increíble. También del abogado que se tomó el
tiempo de viajar a conocer a las familias de las víctimas a distintos países
para que tengan justicia. Si bien, cómo dice el abogado, la vida no se puede
medir en dinero, que al menos le paguen lo que corresponde y no una miseria,
por más que haya sido una persona soltera que no tenga familia.
Hay mucho
dolor en las familias de las víctimas, es difícil ver cómo sufren mientras esa
gente con plata y poder político la pasa bien porque puede y quiere. Gente que
no le importa nada más en este mundo que hacer dinero, el maldito capitalismo
en el que vivimos, donde algunas vidas son prescindibles con tal de que los más
poderosos engorden sus billeteras. Este documental es valioso por varios
motivos, uno de ellos es el exponer más a estas grandes empresas, que se hagan
cargo de sus fallas, sus errores y que entiendan que la gente no se va a
callar, siempre van a haber uno o dos con las suficientes ganas de hacer mucho
ruido como para que nada quede impune.
Mi
recomendación: Interesante documental,
llevadero y triste, para verlo tranqui.
Mi
puntuación: 6/10
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