Esta es otra de esas series que se me apareció en la pantalla principal de Netflix y decidí ver. Claramente el algoritmo sabe y yo caigo, piso el pelito siempre. Cuando vi que era australiana y que, además, está filmada en la hermosísima Sydney tuve que verla. La premisa no me atrapaba tanto, tampoco dice mucho, pero es mucha más que una “mujer que tiene una crisis de ansiedad”, no es lo mejor que vas a ver, tiene sus buenos momentos.
Es una comedia con toques de drama. Uno de los problemas de la serie es que por momentos se esfuerza demasiado por ser divertida y se queda a medio camino. Pareciera que el humor está centrado pura y exclusivamente por parte de nuestra protagonista, teniendo otros personajes que también pueden llevar la comedia.
Los
momentos dramáticos son interesantes. Algunos basados en situaciones del
pasado, la muerte del padre de Liv, entre otros. Las peleas con su mamá, cómo
quizás las madres pueden meterse demasiado en la vida de sus hijos adultos. Es
entendible que estén preocupados por sus hijos y la vida que llevan, pero lo
que hizo la mamá de Liv me pareció mucho (en spoiler hablo un poco más de
esto). Peleas con su hermano, con su mejor amiga…pareciera que nuestra
protagonista es una caca de persona, de hecho, ella lo dice bastante.
Pareciera
tildar varios casilleros de lo que hoy en día es políticamente correcto, aunque
tengo mis sentimientos encontrados con esto. Quiero decir que porque una serie
o película toque temas del colectivo LGBT+ no quiere decir que necesariamente
lo haga para “quedar bien” o ser “progre”, me parece que se está convirtiendo
en una norma de lo que debería ser. En Australia el matrimonio de personas del
mismo sexo se hizo legal hace tan sólo 5 años y medio, ponerlo en una serie es
el camino hacia la normalización. Otro tema que está dentro de lo “progre” es
la variedad de etnias, hay de todo, y siempre debería haber sido así. Al igual
que tener una protagonista que no es hegemónica, la realidad es que existen
todo tipo de mujeres, ninguna es una mujer “real”, todas lo son. Tener una
protagonista de este tipo les molestará a algunas personas, acostumbradas a
vivir en el mundo hegemónico, pues no mi ciela, date cuenta que no.
Otro
problema de la serie es que tiene algunos mensajes confusos, en realidad
cliché. Es decir, que alguien te diga “deberías entender más a ella porque es
tu hermana”, te posiciona en el lugar de que a la familia hay que perdonarle
todo por el simple hecho de ser familia, y no es así. Compartir sangre es
solamente eso. La familia uno la va eligiendo. Es interesante como los doctores
le insisten que tiene que mejorar su salud, tiene que cambiar su forma de vida
para que su cuerpo no sigua pasándola mal, y luego (re) aparecen los problemas
de salud mental, no tocan muy de lleno esta parte, pero quedó abierta a una
segunda temporada dónde quizás le den más bola a la salud mental.
He
leído por ahí que la comparan con “Fleabag”, serie que a mí no me gustó tanto
como a la mayoría. Para mí no están cerca. Pueden ser primas lejanas, pero va
hacia otro lado, tiene otro propósito esta serie australiana. A mí, por
ejemplo, por razones personales, me causó mucha melancolía ver las calles de
Sydney.
Las
actuaciones están bien, no hay nadie para destacar, ni siquiera la
protagonista, simplemente hace bien su papel al igual que el elenco secundario.
Si me gustó la aparición de la querida Yael Stone, una de esas buenas actrices
australianas que dan ganas de ver más.
Mi recomendación: Una
pasable serie para conocer un poco las calles de Sydney, y cómo es importante
darle bola al cuerpo, entender que no siempre el trabajo es todo.
Mi puntuación: 6/10
Donde Verla: Netflix
Tiempo invertido: 1 temporada
(por ahora), 8 episodios. 26-35 minutos
Zona de spoiler:
Me
pareció muy oscuro que la madre le haya escondido la tarjeta verde porque la
veía mal, eso no se hace, nada te da derecho a hacer eso. Liv es una adulta que
sabe lo que hace o no hace con su vida, hay una raya que las madres no suelen
ver hasta que ya la cruzaron. Es cierto que le hizo bien quedarse en Australia,
pero no era la manera.
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