Una nueva película nacional con Rafael Spregelburd que veo y esta vez es una comedia dramática sobre las adopciones, una pareja homosexual que quiere adoptar niños, y toda la burocracia que esto conlleva y más en un país como Argentina que complican siempre todo, está bueno como dejan en claro todo este sistema, que es una cagada, como funciona la burocracia nacional, sobre todo por este lado de la adopción.
Es interesante ver los diferentes puntos de vista de esta pareja, sus dos personalidades, uno que es muy tranquilo y otro que es muy excéntrico y uno quiere imponer su mirada en todo momento. Como dije la trama principal es la adopción, pero hay dos claros sub tramas. Uno por cada parte de los protagonistas, de esta pareja. Van por dos lados distintos, el de Rafael se basa en descubrir de dónde viene, siendo alguien que fue adoptado, vamos viendo que sucede con el pasado que siempre es muy importante, y más hoy en día donde uno tiene formas de conocer parte de su vida con las constelaciones y que es necesario saber el pasado de uno para poder entender quizás el presente. El lado del Diego Gentile se va más para el lado de lo absurdo, aparece su hermana con una nena, él con su fama y sus fans, el personaje de Florencia Peña que es bastante particular y absurdo. Son dos aristas de un mismo film que se van entrelazando.
Tiene
varios momentos divertidos la película, me ha reído. Pero por momentos se
vuelve un poco lenta, no logra captar la atención del todo. Hay quizás algunas
situaciones que no harían falta. Que no hacen al total del film, pero no son
tantas, dura 105 minutos, quizás yo le hubiese sacado uno 15, ojo que no es una
mala película. Podría ser un poco más llevadera con menos de algunas
situaciones que parecen estar buscando el chiste fácil, por momentos parece
esforzarse para ser graciosa.
Lo
más interesante es cómo tratan la adopción y cómo se normaliza que una pareja
adulta mayor, más de 40 años, homosexual quiera adoptar, digamos que no es el
centro del film el vínculo homosexual, sino que el centro es la adopción. Y eso
es súper interesante porque en un momento, de hecho, yo me encontré preguntándome:
“che, no pasa nada, no cambia nada si la pareja era heterosexual” y está
buenísimo que uno se pueda plantear esas cosas y pensar que si la pareja es
heterosexual no cambia nada, está buenísimo la normalización que logra el
director y guionista Daniel Gimelberg.
Las
actuaciones están bastante bien, no voy a volver a repetir mi admiración por
Spregelburd, pueden leer todas mis otras críticas de película donde actúa él.
Diego Gentile está bien, acompaña con buenas actuaciones. Me gustó el papel de
Soledad Silveyra, esa madre que llega a decirles a sus hijos que ya están
grandes para pedirle tantas cosas a su mamá (la escena esa me pareció muy
buena). Florencia Peña parece una Moni Argento de otro universo, tiene ese
nivel de absurdo el personaje que hace, pero un poco más calmada. Marina
Bellati tiene un papel secundario que es relevante para toda la historia y lo
hace muy bien.
Como
dije antes la adopción es el tema central del film, pero no minimiza ni deja de
lado la importancia de los vínculos, de la comunicación dentro de los vínculos.
Cómo el simple hecho de elegir callar alguna molestia termina causando un
efecto dominó en el vínculo que sea y todo se puede ir al carajo muy rápido. Es
algo que quizás no parece relevante en el film, pero créanme que si lo es.
Mi
recomendación: Interesante película nacional
para conocer un poco más sobre todo el tema que es adoptar y la importancia del
pasado.
Mi
puntuación: 6/10
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