De entrada, quiero avisarles a mis queridos/as lectores/as, que lo que van a leer a continuación es una mezcla de un crítico de cine y un amigo súper, ultra, mega orgulloso de tener una amiga tan genial como lo es la directora de esta película, María Aparicio, Maru para los que tenemos la suerte de ser su amigo.
Confieso que me daba un poco de miedo ver el film, ya que me podría llegar a costar mucho sacar al amigo del crítico, pero a medida que transcurrían los 146 minutos del film, me fui relajando porque es una película hermosa, y lo puedo decir del lado más objetivo que puedo llegar a tener en mí.
Es la
segunda película de Maru, la primera también es hermosa “Las Calles”. En este
caso nos cuenta historia de cuatro personas en la ciudad de Córdoba. En el
centro de la “docta” pasan todas estas historias que parecen no tener nada en
común, pero tienen mucho.
Hay
muchísima delicadeza y sutileza en el guion para contarnos la vida de estos
personajes. Cambia constantemente a uno y a otro, sin necesidad de decirnos. Nos
cuenta parte de la vida, de estas personas, personas “comunes” (no me gusta
mucho el término, por eso las comillas) vemos el día a día de este padre sin
trabajo que tiene a su hija adolescente (personaje que es parte del corto “Hombre
bajo la lluvia” también de la misma directora), cómo busca trabajo, cómo sigue
con su vida mientras busca la forma de mantener su hija y subsistir en este
país. Lu quién mientras termina su carrera empieza a trabajar en una librería
de “librera”, y vemos cómo es la vida de una chica de veinti tantos, entre las
citas, el estudio, su perra (Vera hermosa), su trabajo. Nora una instrumentista
de un hospital público, que vive con su marido y tiene una rutina muy
armoniosa, hasta que descubre un taller de teatro y su vida comienza a cambiar
un poco. Hernán, el joven de otra ciudad que fue a Córdoba para trabajar, lo
seguimos en su día a día como chef en un bar del centro, y nos muestra un poco
de él cuando pasa por ese quiosco, dónde no dice mucho, pero sucede bastante. Y
por último un personaje “comodín” que se encarga de unir de alguna manera estas
cuatro vidas tan distintas, pero a la vez tan similares.
Las actuaciones
son todas de un gran nivel. Eva Bianco es siempre garantía, es alguien que si
la tenes en tu película, en tu serie, en tu obra de teatro, sabes que va a tener
un alto nivel la actuación. Siempre es hermoso verla en pantalla. Pablo Limarzi
cómo ese padre que tiene un gran vínculo con su hija, quién en la vida real es
su hija, hace un gran papel también, transmitiendo mucho con sus silencios y
sus miradas. Es la primera vez que veo actuar a Malena León y me gustó bastante
su actuación. También es la primera vez que veo actuar a Leandro García, está
bien, a la altura del film. Destacable es la actuación de Juana Oviedo, tuve la
suerte de verla actuar alguna vez en una obra de teatro y me gustó mucho, acá
en esta película juega a ser un conector de personajes y lo hace muy bien,
además de que tiene una voz hermosísima. El resto del elenco secundario están
bastante bien todos. Desde lo que aparecen muy poco cómo mi queridísimo Carlos
Possentini hasta los que aparecen un poco más como la bella y gran actriz Diana Lerma. El premio a mejor actriz del
film, para mí, se lo lleva Vera Aparicio.
Como
dije antes, hay una sutileza para decir y contar cosas, pero lo que más me
llamó la atención fue como transcurre el tiempo en este film. Vos lo vez y, si
no fuera por los diálogos, pensarías que pudo pasar todo un fin de semana. No logro
poner en palabras que es esto que me atrajo tanto de cómo está contada la
película, es algo que me llegó. Por ahí me surgían preguntas sobre algunos
personajes, y con unas simples palabras, acomodaban todo. El guion me parece
hermoso.
La fotografía
e imagen está muy bien. Aún no pude preguntarle a Maru porqué eligió el blanco
y negro, ya le dije que la voy a hartar a preguntas cuando la vea. Tiene un
atractivo distinto, hay algo de esta elección que me parece que en color no
hubiese funcionado tan bien cómo lo hace en blanco y negro. Creo que juega
mucho con la idea del tiempo, de lo rápido que pasa y de que puede ser
cualquier hora, cualquier momento, y que la vida sigue transcurriendo.
Las relaciones
humanas, cómo nos relacionamos, cómo interactuamos, cuáles son nuestras
elecciones. Son mensajes claros que los guionistas de este film quieren darnos.
Todos estamos sumergidos en esta vida, más si vivís en una gran ciudad como lo
es Córdoba Capital. Recuerdo una vez que estaba muy tranquilo en mi departamento
viviendo en la docta y tuve que salir a hacer trámites, y me sentí atrapado por
el caos de la ciudad, logró sumergirme en ese mundo de gente acelerada, de
gente que sólo piensa en sí misma. Este film viene a mostrarnos que todos
estamos en este viaje, todos estamos viviendo esta vida caótica, y que es
necesario poner una pausa, mirar las nubes.
Curiosamente
tengo un recuerdo de estar en el balcón de Maru tomando unos mates, ambos
leyendo, cada uno en la suya, un primero de enero, hasta que me puse a observar
las nubes, ese día estaban hermosas y con Maru las admiramos por un tiempo, y
luego seguimos con lo nuestro. ¿A qué voy con esta anécdota? A nada en particular,
simplemente a decirles, decirme, decirnos, pongamos pausa, y si en esa pausa
queres ver una película, mira Sobre las nubes, que la vas a disfrutar.
Mi
recomendación: Hermosísima película de
origen cordobés, para disfrutar en el cineclub y por tiempo limitado en Cine
Ar.
Mi
puntuación: 8.5/10
Zona
de spoiler:
La escena
que sucede en la parada de colectivo entre Hernán y el personaje de Juana, me
pareció hermosa. Fue una de las escenas que más me llegó y que más respuestas
me dio. De nuevo, no podría decir bien que es lo que me atrajo, pero hay algo
en la simpleza de esa escena que re significó el film, y algunas dudas que
tenía al respecto.
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