Otra película de animación que no viene contar nada nuevo, que no se destaca, pero que es linda para ver en familia. Con mensajes de amistad, familia y superación como bandera, este film simpático de origen australiano tiene muchas similitudes con “El Rey León”, sin embargo, logra tener su identidad propia.
Nos encontramos con una manada de hombres lobos, pero estos son buenos, ayudan a los humanos, pues también son humanos. Freddy no ve la hora de cumplir 18 y ser un lobo. Cómo se puede ver en el póster del film, no se convierte en eso, sino en el peor enemigo de los lobos…un perro.
A
partir de ahí empieza una serie de desopilantes situaciones con el pequeño
Freddy que quiere recuperar su lugar en la manada y ser el líder, cómo lo era
su padre y cómo él estaba destinado a ser (hola, S(K)imba). Sin otra opción más
que aceptar ser perro va en busca de la fórmula para dejar de serlo, quizás,
tal vez.
La
animación está bien, no se destaca, pero cumple con su función. Tiene varios
momentos divertidos que pueden hacer reír a cualquiera de la familia, nada que
sólo un adulto pueda entender. Me parece que es un film consciente de que no
viene a contar nada nuevo, y por ello explota a más no poder todas las
situaciones divertidas con la que se encuentra.
Es
una película que va a divertir a toda la familia. La amistad, que no importe la
apariencia o lo que te hayan dicho de algunas personas es clave como mensaje.
Muchas veces nos hablan mal de alguien, pero creo que siempre es necesario
darnos la oportunidad de conocer a esas personas, en este caso conocer a los
perros, entender que a veces los rumores solo hacen que nos alejemos de gente
que puede ser muy importante o clave en nuestra historia.
Mi
recomendación: Pasable y entretenida película
para disfrutar en familia.
Mi
puntuación: 5/10
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