Una familia de Usa se va a Kenia, porque tienen plata (o tenían) y no saben que hacer con ella. Van a un safari a ver los animalitos en su hábitat, y como es de esperar, se hacen los rebeldes que van solos por ahí, terminan siendo atacados por una rinoceronte y empieza el caos.
Una historia que no termina de resultar creíble o interesante. Muchas facilidades. En el lugar donde se quedan hay un grupo de militares femenino quienes están a cargo de ‘cazar’ a los cazadores ilegales de rinocerontes o elefantes por sus cuernos, por el marfil que hay en ellos y lo mucho que vale. La película se encarga de que veamos bien esto, es como que dijera ‘mira bien esto que más adelante es importante'.
Básicamente es un sinfín de malas decisiones por parte de esta familia, que, por supuesto tienen que llevarse mal, tienen que pelear. La hija rebelde que odia al padre, y lleva a su novio hippie ambientalista y están en esa onda. El hijo recién salido del closet a quien el padre no termina de aceptar, un padre blanco hetero cis que trabaja para una compañía de petróleo de renombre, esto también lo deja claro la directora.
La directora intenta dar un mensaje que se queda a medio camino. Entre el padre que donde trabaja contaminan y hacen bosta el medio ambiente, y los cazadores de rinocerontes, y además de una placa al final de la película hablando de cantidades de animales muertos…intenta ser una película con un mensaje moral, y termina siendo una mala comedia que da risa en varios momentos de lo mala que es.
Las actuaciones están al nivel de la película, y creo que no hay más para decir. El CGI es malísimo. Los animales se notan a leguas que no están ahí, que fueron generados por computadora, quizás se debe al bajo presupuesto. Pero ¿Por qué hacer un film así con poco presupuesto? Lo mejor es la fotografía, ver esos paisajes de África fue lo más positivo del film.
Mi recomendación: Ni te gastes, son 101 minutos de tu vida que vas a perder.
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