La película comienza en Grecia, nos introducen al personaje de Victoras, un ex campeón de buceo que no le está yendo muy bien la vida. Con escenas cortas pero precisas nos muestran como sufre, y como siente la soledad de estar lejos de su madre y con una abuela al borde de morir.
Cuando decide usar el viejo auto de su madre para viajar
hasta Alemania a verla, sin avisarle, conoce a Mathias un alemán que no le cae
bien de entrada, en el ferry que cruza hasta la ciudad de Bari, en Italia.
Es muy interesante como por momentos la película no parece
filmada en nuestra época actual, parece estar situada unos 15 años atrás
aproximadamente, recién a la mitad de la película se ve un celular de hoy en
día, donde te das cuenta de que sí, que está sucediendo hoy.
Una road movie llena de paisajes hermosos de Italia y
Alemania. Ver como el auto avanza por esas bellas rutas de los países europeos
suma muchísimo al film.
Lo que más suma, lo mejor del film es la química entre los
actores Vasilis Magouliotis y Anton Wiel. Es magnífica la progresión del
vínculo entre ellos. Se puede ver como realmente se van conociendo y de a poco
se van gustando. Es clarísimo como Mathias le empieza caer mejor y mejor a
Victoras, está muy bien realizado. El intrépido alemán hace cosas que el
introvertido griego jamás se le hubiese ocurrido, y este último se deja llevar
con algunas quejas al principio, pero termina accediendo.
Algunos piensan que la homosexualidad es el tema principal
del film, y no lo es. Es simplemente parte, y está muy bien realizada con
muchísimas sutilezas. Escenas donde los actores no hablan pero que dicen un
montón con sus palabras y sus gestos.
No es LA mejor película que vi en mi vida, pero es una
película llevadera, dura 81 minutos y en ningún momento se siente el paso del
tiempo. Nunca tuve que fijarme cuanto falta para que termine. Entretenida y
simpática. Hasta conoces un poco de Europa.
Mi recomendación: Simpático film que si podés verlo, lo vas a
disfrutar mucho.
Mi puntuación: 7.5/10
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