Una nueva película sobre una historia real.
Barry Seal piloto comercial devenido en “agente” de la CIA, narcotraficante de
armas y drogas, quién mejor para este papel que el tan querido Tom Cruise. Esta
historia, que mezcla la CIA con el cartel de Pablo Escobar, quizás mucha gente
espera una película de acción, tiros y sangre. Bueno, no. Está contada de una
forma algo didáctica y es un enfoque interesante para mí.
Un
Tom que no decepciona en su actuación hace muy querible a este piloto que ayudo a que el cartel crezca y que armas sean
contrabandeadas a otros países. La película busca que no te enojes con Barry,
busca que se le vea el “lado bueno”. El resto de las actuaciones están bien, no
desentonan con el film. La duración es de 114 minutos y la verdad que no se
volvió tediosa en ningún momento la película, no dejo de captar el interés, al
menos el mío.
El
modo en que está filmada la película en un comienzo me molestaba, una especie
de cámara en mano pero no a ese extremo. Con el correr de los minutos dejó de
molestarme y hasta me pareció interesante como eran las tomas. La película
transcurre entre el ’78 y el ’86, y la calidad de la filmación hace que te
adentres más en esa época y sientas que fue filmada realmente en esa época. Parecen
ser cámaras antiguas todas (no sólo la que usa Seal) y esto es algo que para mí
le suma a la película y la hace más interesante.
Buena
fotografía de los países de centro américa y una banda sonora que no la sentís,
pero está y creo que esto es importante: que no moleste y que no sobresalga la
banda sonora.
Mi
recomendación: Una buena película que si no la ves en el cine no pasa nada,
pero si te la recomiendo.
Mi
puntuación: 7/10
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