
La primera parte sorprendió a a mucha gente por su violencia, su gore, el humor, la capacidad de reírse de si mismo y de reírse de todas las películas de superheroe y cualquier otro film que se le cruce en el camino, también es importante la constante ruptura de la cuarta pared realizada por nuestro querido Ryan en la piel de Wade. Este segunda parte tiene todo ese, pero en menor medida.
Lo que más le falta a este Deadpool 2 es ritmo. La adrenalina no me corría por la sangre como lo hacía en la primera parte, tal vez por la falta de sorpresa, tal vez por que realmente carece de ritmo.
Pero esta falta de ritmo no la hace una mala película, para nada. Sólo la hace inferior a su sucesora.