Antes que nada, vamos a aclarar que esto no es Toy Story, ni tampoco creo que sea una copia. Es una historia de un juguete perdido que es mucho más profunda. A veces Netflix no recomienda las joyitas ocultas que tiene, y esta es una de esas. Una mini serie de cuatro capítulos que te llega al corazón, y te hace pensar algunas situaciones en tu vida. Hermosa y efectiva.
No vamos a negar que al ver juguetes que hablan se nos viene a la mente la película más conocida de esta índole. Es cómo ver una película de exorcismos, se te viene la más famosa a la mente y no por eso es una copia. No es menor el detalle de que sea una serie, creo que los creadores buscaron una forma de distanciarse de Toy Story, y haciendo una serie cortita fue una gran elección.
Además de que no es animada la serie si no que
mezcla animación con vida real, las únicas partes animadas, en realidad con
efectos especiales y CGI, son los muñecos que aparecen. Nuestro protagonista es
Ollie, quién pierde a su mejor amigo y empieza una búsqueda sin fin para
encontrarse con él. Lo vemos compartir aventuras con Zozo y Rosy para poder
encontrar a Billy y decirle algo muy importante. Suena una historia simple,
ahora sumémosle que la madre de Billy está muy enferma y cerca de morirse.
No es sólo una historia de un juguete perdido.
También es una referencia a cómo a veces nosotros nos perdemos, no encontramos
el rumbo, no sabemos qué hacer con la vida. El estar perdido en esta historia
va más allá de estar lejos de su lugar. Otros temas interesantes que toca es el
duelo, masculinidad tóxica, bullying, adopción y por supuesto la familia.
Además, tiene un par de giros en la historia que no te esperas ni cerca, y en
tan solo 4 capítulos.
Actoralmente está bien. Tenemos a Jake Johnson
quién se pudo despegar de su rol más importante, Nick, y hace una buena labor.
Gina Rodriguez también hace bien lo poco que aparece. El pequeño Kesler Talbot
le da vida a Billy, de buena manera. Las voces de los muñecos están a cargo de
Jonathan Groff, Tim Blake Nelson y Mary J. Blige, bastante bien los tres.
Es una de esas series que quizás te la devoras
en una tarde sus cuatro capítulos no llegan a las 4 horas. Se puede ver en
familia, pero no con niños pequeños. Tiene algunas situaciones que te van a
hacer reír, son más las que te van a hacer llorar, prepárate para derramar
algunas cuantas lágrimas en esta historia sobre estar perdido, tratar de
encontrar el rumbo y encontrarse a uno mismo.
Mi
recomendación: Buena serie cortita y
entretenida, con momentos de llanto garantizados.
Mi
puntuación: 7/10
Donde Verla: Netflix
Tiempo invertido: 1 temporada, 4 episodios.
43-45 minutos.
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