La
historia del Rey Arturo se ha contado varias veces. Camelot, la mesa redonda,
Merlin, caballeros y todo eso. No recuerdo haber oído el “nacimiento” del Rey,
es decir como llego hacerlo. Guy Ritchie nos muestra una versión de esta
historia, con la fantasía de los magos latente en todo el film.
Una
película (por momentos) volátil. Esa palabra define lo que es este último film
de Ritchie. Escenas de acción que entre tanto movimiento de cámara y de
personajes podes llegar a perderte un poco. Escenas típicas de Guy donde vas y venís
en el tiempo enérgicamente.
Una
banda sonora elegida a la perfección, poniendo esas canciones donde deben estar
y logran captar aún más la atención. Las actuaciones (poco demandantes) están
bien. Por momentos se torna lenta la película, con resoluciones fáciles a
conflictos que quizás merecían un poco más de tiempo, y no tanto otras escenas
que no hacían a la historia, historia que es alterada a gusto y placer del
director y sus guionistas, pero nos deja en claro de que no va a ser la última
película de El Rey Arturo de la mano de Ritchie.
Mi recomendación: Tiene buenos efectos que merecen ser
vistos en el cine, no decepciona al público pochoclero.
Mi puntuación: 6/10
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